Siziwa. Danzar para que el planeta siga girando. -El Buen Vivir
Las aves y los insectos cantan para vivir y, a través de ellos, nos hacemos espectadores del buen vivir de la naturaleza. Ahora le corresponde cantar al ser humano. Shikabukubi es la interpretación de la danza y la música en el pueblo Wiwa. Esta guía a la comunidad en sus actos sobre el medio ambiente, en el cuidado de la Madre Tierra y en la construcción de un vínculo armónico con la naturaleza. Watuhku, Nunga y Aguna son algunos de los instrumentos que utiliza la comunidad para entonar sus canciones ofrecidas para la coexistencia del ser humano y la naturaleza. La danza y la música acompañan a los Wiwa en varios momentos de su vida. Según su experiencia, la naturaleza se regocija en el bautizo de los niños, por lo que hay que cantar mientras el niño es presentado a la naturaleza, para que esta obre en su beneficio y así él cuide de ella. Después de unos años, cuando el niño se convierte en adulto, se entonan canciones y se realizan danzas mientras se llevan a cabo los trabajos tradicionales. Además, la música y la danza aparecen para realizar los pagamientos para las enfermedades que aparecen, para ofrecer y dar gracias a la naturaleza.
La comunidad Wiwa en Colombia se ubica en la Sierra Nevada de Santa Marta, en los departamentos del César, Magdalena y Guajira. Hay más de 10.000 habitantes Wiwa alrededor del territorio, quienes utilizan la lengua nativa Damana, de la familia lingüística Chibcha. Para esta comunidad, como muchas, el buen vivir representa una necesidad para la existencia del espíritu del Padre y la Madre, de sol y la luna, respectivamente, junto a sus hijos los hermanos mayores: los indígenas y los hermanos menores: el mundo occidental. Para el pueblo Wiwa:
Existe un fuerte vínculo espiritual con personajes sobrenaturales que dan vida a las historias míticas del mundo. En consecuencia los personajes tangibles como el Mama y la Saga materializan la idealización de la realidad espiritual y formas de creencias del pueblo. Estos personajes constituyen la representatividad de sus dioses naturales sol y luna respectivamente, constituyéndose como autoridades tradicionales ante los demás integrantes del pueblo. (ONIC)
El Mama y la Saga (hombre y mujer, respectivamente) son los encargados de educar a los demás integrantes de la comunidad en el cuidado y protección de la naturaleza, desde trabajos o tradiciones como el pagamento. Esta práctica que realizan aparece, en un principio, por la cosmovisión indígena del nacimiento desde la Madre Tierra. La idea de dar y recibir se hace presente en este ritual, dado que entienden la creación como un proceso circular, en el que se vuelve al origen después de brindar lo que se obtiene. Es así como la naturaleza brinda agua, alimento y energía a los seres humanos, quienes deberán reintegrarlo a la tierra. Al cuidar la tierra, me cuido a mí mismo. En contraste con las nociones de la modernidad sobre la división entre cuerpo y alma, los indígenas, desde antes de esta discusión, significaron la agencia de la naturaleza al evidenciar que ésta cuenta con espíritu, con alma y que funciona en correspondencia al ser humano. Este ritual representa el equilibrio vital que debe existir entre el hombre y el medio ambiente, “[es un] sistema que funciona desde el óptimo desempeño de cada una de sus partes y de su relación entre sí. Comprendiendo que si un mecanismo del sistema falla, éste causa desequilibrio” (37). Para los indígenas este es el único método para que la humanidad y la naturaleza misma perdure.
Los problemas que hoy enfrenta el planeta tierra deben ser solucionados y la forma que propone la comunidad Wiwa es realizar el pagamiento. Los indígenas suben a los pozos para cantarle a la Madre, al agua y a la tierra, para retribuirle por el daño que le ha hecho la humanidad occidental. De igual forma, el Mama asiste a lo sitios sagrados llamados La Gagaka o Ioma, donde realiza su pagamiento y confesiones a otros integrantes de la comunidad. Aunque la Madre Tierra esté completamente destruida, ellos deben realizar las ofrendas con la Shikabukubi. Esta práctica entra en la dinámica de La Ley de Origen que promulga la comunidad al relacionar el orden con lo sagrado y lo espiritual. Las comunidades realizan una analogía con las prácticas de pagamiento que realiza el mundo occidental: en las urbes se pagan los recibos del agua, el gas y la energía en oficinas a lo largo de cada ciudad. Mientras tanto, en el pueblo Wiwa, los sitios donde se realiza el pago son lugares sagrados como los pozos, las lagunas y las montañas; la ofrenda es espiritual y artística.
Como todas sus prácticas y rituales, el pagamiento tiene una preparación orientada por las figuras los Mamos y las Sagas. En primer lugar, ambos acuerdan el lugar del ritual, la ofrenda que lo acompañará y la preparación de los asistentes. El primer paso para la aproximación de la ofrenda consiste en desligarse de los trabajos cotidianos y entregar su interior y físico a un espacio completamente espiritual. Deben tener una dieta física, mental y emocional que involucra una alimentación sin sal y sin carnes. Asimismo, deberán entrar en un trance en el que no quepa la rabia ni los juicios, es decir, un equilibrio en la estabilidad emocional y mental. Después, las figuras se encargan de preparar los elementos: espirituales y materiales como, según nos cuenta Murillo Medina, piedras, cuarzos, tumas y algodón (28). Todos estos están cargados de energías entregadas por los miembros de la comunidad Wiwa través del pensamiento.
Deteniéndonos en las características que posee la relación entre los miembros del pueblo indígena Wiwa con la naturaleza, podemos pensar en una perspectiva sublime de la misma, pero de la que el ser humano debe ser parte, desde una experiencia que rodea lo estético y lo práctico, la realidad y la existencia misma. Podemos, también, observarlo desde una perspectiva romántica, en la que naturaleza es y significa. Para la comunidad indígena es necesario aislarse de ese mundo occidental, de esa sociedad que no entiende las repercusiones de su quehacer, para entrar en un compartir con lo elemental, con lo originario. Asimismo, es una solución propuesta por un mundo no capitalista, originario que aún no ha instrumentalizado del todo los avances de la tecnología. Así pues, es desde la contemplación como se podría llegar a entender y a entrar, de nuevo, al ciclo natural que nos mencionan los Wiwa. Por otro lado, la música y la danza, el arte por sí mismo, como mencionaba Martín Heidegger respecto a la poesía, es una manifestación de la verdad que rechaza una visión subjetiva y por eso, en el caso Wiwa, se necesita de una colectividad consciente, cuya visión sea la de ofrecer, cuidar y agradecerle a la Madre Tierra. Con la interrelación con lo natural es como su espíritu propio se revelará.
Una y otra vez la existencia original en Colombia nos evidencia el daño que estamos promoviendo sobre la naturaleza, sin embargo, son propositivos y nos invitan a cuidar el medio ambiente, desde la aproximación hacia sus rituales, desde la enseñanza sobre la el equilibrio vital entre la naturaleza y el ser humano que, a su vez, debe ser protegido. Otras comunidades indígenas expresan las mis preocupaciones y relatos, desde su lengua propia, como la comunidad Embera, o como los tejidos Mola de las mujeres indígenas de la comunidad Gunadule. El consejo del pueblo Wiwa para los hermanos menores, como nos llaman a nosotros los occidentales pertenecientes al Antropoceno, es que dejemos de lastimar la tierra al extraer sus minerales, su sangre, pues estamos invadiendo sus entrañas. Nos dicen que “mientras que su ciencia y su tecnología avanzan para el desarrollo, nuestro planeta muere lentamente y ya no se puede vivir bien” (Canal Trece). No obstante, mientras nos reconozcamos como parte del equilibrio vital de la naturaleza e hijos de la Madre Tierra, se dará el buen vivir.
Bibliografía
“El Buen Vivir”. 2020. Canal Trece y CONCIP. Trece. Web. 25 mayo 2021. < https://canaltrece.com.co/programas/el-buen-vivir/>
Murillo, Epiara. “El cuidado de la vida a través del ritual del pagamento con canto y danza, de los Indígenas Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta”. Tesis de pregrado. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2016. Digital.
Wiwa. ONIC org, 25 may 2021. < https://www.onic.org.co/pueblos/1159-wiwa>
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