UNIVERSO
Nuestro mundo está conformado por agua y tierra (selva). Alrededor, el aire se expande entre este mundo natural y el sobrenatural donde abunda la energía que controla el poder y la fuerza, los fenómenos físicos y espirituales, la vida y la fertilidad. La zona inferior del cosmos está constituida por un río de leche, femenino y una tierra de leche envueltos y contenidos por la maloca de leche protegida por el colibrí, que se concibe como un útero o placenta a donde van los espíritus de los muertos. Se considera que el Padre Sol es el creador que ha originado todas las cosas (energía, aire, agua y tierra) y tiene representante, uno de los cuales es el sol diurno y otro la luna, concebida como sol nocturno. También lo representan los personajes de los días, que rigen el tiempo e intervienen para mediar los conflictos y, los personajes de la sangre que protegen a la gente y viven cerca de las malocas. Los jaguares son también delegados del sol, los sacerdotes y los payés. Cuando una pez boréka (trucha) se enamoró de un hombre y cohabitó con él. Sus hijos fueron los primeros Desana, quienes se consideran protegidos por el colibrí (Mimí) quien también se identifica con el viento. Al morir los Desana se convierten en colibrís. Los Desana cohabitaron con diferentes hembras y así originaron los diferentes sib. No deben casarse ni tener relaciones sexuales con mujeres Desana o cometerían incesto, lo cual tendría consecuencias catastróficas para la naturaleza y el cosmos, tal y como se dice que ocurrió cuando el sol cometió incesto con su hija. La hija del sol se describe como la transmisora de la cultura Desana. Todos los animales están sometidos al dueño de los animales (kêgê) que habita los cerros rocosos y los raudales, desde donde rige la proliferación de las diferentes especies. En la selva hay además espíritus, algunos de los cuales son "demonios" que causan mal, matando o enfermando a la gente.
Versión de Juan Carlos Alonso G.
Imagen recuperada de SCIELO
Al leer el mito del universo Desana, notamos que la selva está conformada por agua y tierra, y a continuación, cómo el aire rodea y se expande por el mundo natural y sobrenatural. De igual manera, el mundo de los muertos es un río de leche y está protegido por el colibrí. El cosmos no está dividido, ni existe una jerarquía particular entre los mundos y las especies, por el contrario, se necesitan entre sí. El universo constituye una armonía, una red intrínseca de relaciones, en las que cada organismo cuenta y cumple una función necesaria para mantener el equilibrio en la red.
Adicionalmente, la naturaleza está resguardada por espíritus. Hay espíritus buenos y espíritus malos. Los buenos son guardianes, y se encargan de proteger, como el colibrí que protege la maloca de leche y los personajes de la sangre que protegen a los seres humanos. Además, hay espíritus malos, demonios que son los encargados de causar mal a la gente. Así como también ofrecen protección, los espíritus del universo castigan las faltas de la gente. Existe un orden cósmico que debe ser respetado o habrá consecuencias. Según el mito Desana, los seres humanos son otro elemento de los que integran el circuito de la naturaleza, por eso se les asigna un guardián. Pero son también los responsables por cuidar sus leyes, de lo contrario, padecerán consecuencias.
Gerardo Reichel-Dolmatoff, arqueólogo y antropólogo conocido por su trabajo con las culturas indígenas de América, establece una relación entre los conceptos cosmológicos encontrados en los mitos de las comunidades del noroeste amazónico y las realidades de su ambiente físico, el cual hace necesaria la elaboración de mecanismos de adaptación y preservación (2). En el mito se muestra una plena conciencia de que el mundo que se les ha dado es su responsabilidad, depende de ellos mantener el equilibrio del circuito para sobrevivir. Como son parte de la naturaleza, es necesario cuidar de ella como se cuida de uno mismo. La naturaleza tiene un valor en sí misma, porque nos pertenece, porque hacemos parte de ella, compartimos cosas con ella, es parte de nuestra gran comunidad cósmica y no solamente porque podemos hacer uso de esta.
Fuente: Cartografía de la Diversidad- Dirección de Poblaciones. Recuperada de Pueblos Indígenas de Colombia 2010.
Siendo así, ¿en qué nos compete la mitología Desana respecto al Antropoceno? Este relato de origen, aunque fantástico, da cuenta de una concepción de nuestra relación con el planeta que se contrapone a perspectivas de la naturaleza idealizada como el Romanticismo y la literatura pastoril (Garrard, 33-48), en las que fue creada para ser sometida a la disposición del ser humano. En el pensamiento Desana, el humano y la naturaleza son parte del cosmos, y ninguno es superior ni dispone del otro, sino que son partes de una intricada red de relaciones que les permiten sobrevivir y mantener un equilibrio estable. La naturaleza no es objeto explotable ni lo opuesto a lo humano. Re-pensar nuestro comportamiento con miras al respeto, la responsabilidad y la afinidad respecto a la naturaleza es una posición mucho más eficaz para llevar a cabo soluciones efectivas, desde lo individual y lo colectivo, que nos permitan alcanzar un punto de estabilidad entre el tiempo que gastamos tomando recursos del planeta y el que utilizamos para reducir en lo posible el impacto negativo. En el castigo divino, provocado por la misma naturaleza, se encarnan las consecuencias irremediables que tienen repercusiones en cadena que afectan el balance del cosmos.
Es cierto que, en esta concepción, la responsabilidad específica de cada uno es ambigua. Pero es precisamente esta ambigüedad la que permite que cada individuo o comunidad tenga la posibilidad de escoger la manera en que aportará, tanto en su día a día como en su implicación en estructuras más complejas. Este comportamiento no implicaría necesariamente un retraso en el progreso científico y en el estudio que tiene por objeto la naturaleza. Se trata más bien de tomarnos el tiempo y asumir simultáneamente la responsabilidad de realizar acciones y proyectos de preservación ambiental, entendiendo que al hacer esto, estamos asegurando no solo nuestra propia supervivencia en el planeta y calidad de vida, sino la de todos sus habitantes, que en este momento están necesitando de nuestro compromiso ambiental. Cabe señalar que, el mito de creación Desana, encarna dualidades como la oposición femenino/masculino que resaltan concepciones negativas promovidas por movimientos como el Ecofeminismo (23-27), y además la falta de diferenciación absoluta entre lo humano y lo animal puede llevar a concebir relativismos insostenibles en muchas situaciones. No obstante, se debe recordar que, más que tomar la filosofía Desana al pie de la letra como alternativa a cualquier otra corriente no es lo que se propone, se trata de aprender de las posibilidades que nos abre un pensamiento alternativo como este, que nos puedan ayudar a reformular la perspectiva desde donde nos posicionamos a la hora de tomar decisiones respecto a nuestra relación con el medio ambiente. De esta manera, nos permite contemplar los efectos de una ética ecológica basada en el respeto hacia lo “no-estrictamente-humano” y en la responsabilidad como principales causantes de la crisis ambiental del Antropoceno.
Fuentes citadas
Ministerio de Interior. Alonso G., Juan Carlos. “Mito Desana. Universo”. En Mitos de origen de pueblos indígenas de Colombia. Accedido por web https://siic.mininterior.gov.co/sites/
default/files/mitos_de_origen_pueblos_indigenas_de_colombia.pdf, pp. 30.
Garrard, Greg. Ecocriticism. Routledge, 2012.
Reichel-Dolmatoff, Gerardo. “Cosmología como análisis ecológico: una perspectiva desde la selva pluvial”. Antropología hecha en Colombia. Tomo I. Eduardo Restrepo et al., eds. Bogotá: Editorial Universidad del Cauca, 2017.
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